La actividad de los seres humanos está orientada a resolver problemas de naturaleza práctica. Encontrar alimento, pareja sexual o una guarida para protegerse son algunos de los ejemplos de actividades en las que se invierten energías considerables. Sin embargo, es también evidente que las necesidades humanas no se limitan a motivar conductas guiadas por causas estrictamente biológicas. El hombre dedica también una gran cantidad de energía y tiempo a la producción de elementos a los que se atribuye un valor estético, sin valor biológico aparente. Las manifestaciones artísticas humanas, fruto del impulso de crear objetos e imágenes sin ningún uso mecánico o funcional aparente, están presentes desde los orígenes de la humanidad. Es obvio, además, que toda actividad humana está determinada por actividad cerebral.
Decía Dostoievski: “La belleza salvará al mundo”. Se refería al enfrentamiento frente al mal abstracto o la fealdad. El bien y el mal, la belleza y la fealdad son los desafíos duales a los que nos tenemos que enfrentar constantemente los seres humanos; si tratamos uno de estos pares dejando al otro de lado, nuestra verdad nunca será válida.
En estos tiempos de crisis y de miserias omnipresentes, de violencias integristas ciegas, de catástrofes naturales o ecológicas, hablar de la belleza puede parecer incongruente, incluso provocador. Casi un escándalo. Por esa misma razón vemos que, en lo opuesto al mal y a la fealdad, la belleza junto con la bondad, se sitúan efectivamente en la otra punta de la realidad a la cual debemos enfrentarnos. El Universo no tiene obligación de ser bello, y sin embargo, es bello. Hay quienes piensan que la belleza revela así la presencia del ser en el mundo, mientras que para otros la belleza es un producto de nuestro cerebro: el cerebro secretaría belleza como el hígado secreta bilis… En cualquier caso, al igual que el placer, inconcebible sin el sufrimiento, la fealdad sigue a la belleza como su sombra. Procesos opuestos que en definitiva, de nuevo, nos conducen al cerebro y a la mente, al cuerpo y al alma. A la dualidad, en definitiva.
El sentido y el sentimiento de la belleza aún resultan ser una incógnita, a pesar de los ríos de tinta que sobre ello se han vertido. Que el Cosmos nos sorprenda por su magnificencia, que la Naturaleza resulte fundamentalmente bella, es un hecho confirmado por la experiencia que todos compartimos.
Dos exitosos cursos de verano de El Escorial, de la Universidad Complutenses y con el apoyo de la Sociedad Española de Neurología, sirven de aval a este planteamiento general defendido experimentalmente por el profesor Semir Zeki, desde hace más de una década: el estudio científico de la belleza no es un lujo, es una necesidad.
OBJETIVOS
Estas jornadas pretenden analizar el estado actual de los estudios sobre neuroestética, que a pesar de ser un área de estudio del cerebro relativamente joven (poco más de una década) ha captado el interés de numerosos y brillantes investigadores. Por ello pretende facilitar a los asistentes a estas jornadas la reflexión sobre esta línea de investigación mostrándoles los nuevos retos presentes en estos campos con la aparición de nuevas técnicas de estudio que hacen permiten empezar a entender lo que años atrás era imposible.
Partiendo de estos planteamientos se ha considerado de interés para estas jornadas abordar los siguientes aspectos generales: relación entre cerebro y mente, belleza y creación artística; estructuras cerebrales implicadas en las percepción y apreciación del arte musical y pictórico (sistema visual y auditivo).
Otros aspectos importantes, más específicos, sobre los se incidirá son: arte y trastornos neurológicos; estética corporal y patologías; mitología, simbolismo y creatividad en el cerebro humano.
Además el principal reto de estas jornadas es proporcionar a los asistentes esta información de forma extraordinariamente atractiva, ya que se ha conseguido que los ponentes sean investigadores muy relevantes y reconocidos internacionalmente en este campo de estudio.
METODOLOGÍA
Conferencias magistrales en las que se reflexionará sobre la creatividad, el arte, la belleza, la necesidad religiosa de trascendencia y la ciencia proceden, en definitiva, de las funciones del maravilloso cerebro humano. Pese a su formato de conferencia, para captar el interés y la complicidad con el público las charlas incluirán abundantes ejemplos prácticos que faciliten la comprensión de los temas expuestos. Participación permanente a través de las preguntas de los asistentes.
DIRIGIDO A
Las jornadas están dirigidas principalmente, pero no exclusivamente, dado el carácter multidisciplinar del planteamiento, y la experiencia previa de eventos anteriores (cursos de El Escorial), a profesionales de la salud, principalmente neurólogos, psiquiatras y psicólogos. También están abiertas a estudiantes de conservatorio, de bellas artes, músicos, pintores o filósofos y en general, a todo aquel que tenga interés por entender la relación existente entre la actividad cerebral y la creación artística.